Suena muy cursi y por
demás a cliché. Pero es una verdad sensacional que no se borra, otra forma de
energía perpetua.
En tus ojos hay
tantas preguntas a manera de búsqueda, analizando la verdad que con palabras
profiero.
Tus párpados parecen tímidos
cuando entre nosotros fluyen las conversaciones, se abren y cierran asombrados.
Y el resultado son
destellos que borran la oscuridad de la tristeza que de común, me embarga.
En tus ojos hay esa
chispa de alegría que es casi como el Big Bang que dicen formó al universo.
La Luna encuentra en tu
mirada, la serenidad que sólo en los lagos se creía podía ella reposar.
El sol te siente de
aliada y el candor de paz que siento, lo confirma.
En tus ojos está todo
el caudal de maravillas que las experiencias entre ambos logran materializar.
Son ambos, los portales
que me conducen al conocimiento del pundonor, la gallardía, la nobleza, la
sensibilidad, que encierras.
Cuando me ves, me
estás salvando de todo aquello que me está atosigando.
Sí en la distancia
estamos, cada comunicación la percibo como un guiño que me invita a volar.
Me redimensionan,
dejándome encontrar con los elementos y rehacerme mejor.
En tus ojos están las
entradas al cielo y a los sueños.
Porque adentrarse a
ti es escapar del mal del mundo, como vivir al cielo mientras respiro.
La mirada que
encuentro cuando sollozo o muy mal me siento, que me dice ¡acá estoy!, siendo
la más pura de las verdades.
La mirada que
conforta aún en el peor de los momentos, diciendo que con o sin ti, podré
seguir mi misión humana.
Aunque en tus ojos he
guardado mucha de mi fe y quiero estar en contacto con ella.
Porque es lo mismo
que decir, que quiero seguir contactando contigo y navegar en los mares inconmensurables
de placer que tu mirada profunda contiene.
En tus ojos está un
lugar que no es prisión ni es locura; es el Nirvana y mí cordura.
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