Estaban todas amontonadas,
volteadas,
las fui extendiendo sobre el suelo,
habían cientos de pedazos sin aparente significado.
las fui extendiendo sobre el suelo,
habían cientos de pedazos sin aparente significado.
Tomé el primero, tenía un ángulo recto y lo puse aparte. Enseguida distinguí otro pedazo que era su continuación.
Los coloqué lado a lado y se
complementaron perfectamente.
Pieza a pieza fui colocándolas
una tras otra, ya se comenzaba a formar un paisaje extrañamente sublime.
Quedaban pocas piezas por
colocar, fue cuando me percaté que estaba al revés.
Pero en vez de darle la vuelta, fui yo quien cambio de posición,
por miedo a deshacerle y haber perdido el tiempo.
por miedo a deshacerle y haber perdido el tiempo.
Las últimas piezas fueron más
fáciles. Ya se podía ver claramente el epicentro de tan bella imagen, era una
figura de flora, fauna, cascadas y montañas en el fondo.
Sólo faltaba una pieza, la
que estaba rodeada por un haz de luz, entre nubes y era el centro de la imagen,
un rostro. Así se había quedado aquel rompecabezas. Sin terminar.
No sé sí podría ser digno de
tener tu imagen, para completar toda la
belleza que ante mis ojos y vida requiero y buscaré merecer..
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