Gloria Valderrama. Actriz, Locutora, Modelo, Graduada en Escuela de Letras. Señora Venezuela 2008 |
El mundo lo ha dicho millones de veces, la mujer venezolana es de
las más bellas del planeta.
El génesis de esa belleza tropical es la tierra bendita que es Venezuela. Esa que ante el mal de algunos que sólo tienen dinero y poder, pero no alma, no pueden ensuciarla con sus ataques. Está labrada en el alma de quien acá nace o acá llega, para siempre.
Esta Señora Venezuela es bella y su representación está en sus mujeres. Una Señora Venezuela es su imagen linda, esa que desde el espacio se capta geográficamente y que desde allá arriba se captaría en el alma, la piel, el corazón y la fe.
Cuando esta Señora Venezuela llora o se entristece, el cielo busca darle la brisa, el calor, el vuelo del turpial y el cardenal en comunión para que vuelen ya sea ante los arreboles o el crepúsculo, como aviones que hacen honra a una gloria nacional.
Cuando esta Señora Venezuela está pensativa, la guitarra de las palmas que acompañaba las canciones de Tío Simón toca melodías que le inspiran sentimientos, acciones, palabras, todas demostradas con una clase que se expone cuán relieve holográfico de sus imágenes, creando en quienes le admiramos la utópica sensación de poder tocarle, oírle, sentirle y demás. Como quien come la ambrosía de manos de una diosa.
Cuando esta Señora Venezuela está feliz, el sol da esa temperatura ambiente que se mezcla con el frío que llama al chocolate o café venezolano, que es como probar su esencia natural propia de esta tierra de sabor exótico. Cuando ella está feliz, todos están felices.
Y es así, el que ella esté es la gloria en vida, el placer visual, la honra de leer, el compartir y hasta disentir de su pensar y aún así seguir queriéndole, porque el contraste es necesario y decir sí a todos es de ciegos, sordos, mudos y seres sin voluntad. Y eso no es lo que desea que exista en nuestro país, esta Señora Venezuela. En las diferencias se busca la comunión de ideas y el rescate de esta tierra de gracia.
Reina de Corazones en el que me cuento y me manda; Reina de Espadas en defensa de lo nacional y lo merecido por ser hijo de la Patria de Bolívar; Reina de Tréboles, por una tierra bendita que ansía producir y está en búsqueda de sacar a los cuatreros que la secan cuál Atila el Huno con el paso de su caballo; Reina de Diamantes, por la riqueza de la Pequeña Venecia, su gente, formada, instruida, educada, humanista y alegre.
Señora Venezuela, a sus pies me pongo porque sé que no me pisará ni me hará sufrir. Porque la representación de la mujer venezolana es en realidad el reflejo de su tierra y venezolanidad, de lo que en verdad es ser mujer y crecer desde el corazón. Eso es lo que lo hace la reina del planeta, por ello es que las mujeres son más y verdaderamente lindas, las madres del provernir.
Había prometido no dedicar más artículos a damas que me contactan en las redes sociales, porque se mal interpreta, pero ¿quién puede mantener una promesa ante una mujer que vale tanto la pena?
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