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La Belleza en el Mundo de los Insectos (para @stephbrillante)


La Calcarifera ordinata es una polilla que se transforma de colores que le hacen parecer alienígena a ser carente de color. Y aún así, sorprende y embellece.

La Cladonota inflatus es un insecto del cual poco se sabe, y aún así, maravilla por su belleza, presencia y por ser parte de la naturaleza.

La Dictyopharidae es un coqueto homóptero que por su forma, simpatiza al medio ambiente. He allí su belleza.

La Mariposa de Lua (Actas Lua) es un lepidóptero nocturno de bellas alas color limón. Es una luz en la oscuridad, aún sin iluminar como un cocuyo. Se hace notar y es así.

La Mariposa Poodl, de traje peludito y que como las polillas come madera. Eso no le quita lo hermoso.

Y Venezuela tiene el canto de los grillos que se confunde con el de los sapitos, acompañando el letargo de la noche; esa es su belleza.

Tenemos a las mariposas que no sé su nombre científico, pero de niños cuando éramos cazadores de ellas en las flores de cayena. Son naranja con negro y les decíamos “abuelitas”.

El cocuyo que emociona a niños y grandes y en las noches oscuras les damos las gracias por alumbrar nuestro camino.

Las abejas, a las que afecta el WiFi como a muchos humanos pero en otra forma. Ellas laboran, engalanan y son las más útiles. Darles agua con azúcar para cuidarlas es vital para la humanidad, como la humanidad lo es para sí misma.

La entomología tiene su belleza, que uno de cada mil, ve. Y esa belleza es el mundo que poco a poco se va construyendo y que sabe suplir.

Como en la historia de Amalivac, donde la araña fue suplida por mala y orgullosa, por el gusano de seda para vestir al mundo, allí se ve en el mundo humano que mientras hay algunos malos que interrumpen a los que sí quieren aportar, los buenos son mayoría y desde su mundo que entre los insectos parece pequeño, hay grandes cosas que aportar, por generaciones de laboriosos no insectos, sino humanos organizados que levantan 10 veces su propio peso en acciones que atraen mejores cosas.
Y una entomóloga fue la abeja reina que les dio su bendición de apoyo y conocimiento para crecer y ser útiles al mundo.

Hay belleza entre quién es discreto como el insecto que construye un hogar o se hace abono. Hay belleza en donde el corazón mira. En ti, entomóloga, hay tanta belleza, que yo miro a gusto aunque no te pueda ver. Y esa lindura es como un panal lleno de rica jalea real que inyecta vida. Gracias por existir, gracias por enseñar, gracias por seguir donde sea que quieras estar, gracias por lo que de ti he sentido en mi corazón “zumbar”.

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