Mis amigos y familiares
más de una vez me lo decían, tanto como mi sentido común: el día de nuestra
boda debía ser la puerta de luz para que vieras al hombre elegante que soy,
entre mis defectos y coloquios.
La elegancia es una esencia
del ser, que se amalgama a la perfección cuando se busca la prenda de vestir idónea
y yo quería demostrártela en los días en que sellamos nuestra unión ante las
leyes terrenales y la ley de Dios.
Palabras son acciones y no
buenas razones, suele decir mi madre y bien que lo aprendí. Mientras organizábamos
nuestra boda, en vez de alquilar las prendas que yo gustaría, quise mostrarte
mi lado formal.
Me fui un excelente lugar donde confeccionan trajes de novio a medida y pedí que me
hicieran 3 trajes. Te cuento hoy en este compartir que tenemos y a través de
éstas líneas sobre los mismos además me
jacto de que son muy buenas decisiones personales.
El primero será para el
día de la boda civil, un traje dos botones azul marino, camisa blanca y una
corbata negra. ¿Sabes qué significan?, el azul, el mar dónde nos hicimos
novios; la camisa blanca, la pureza que ambos nos entregamos, (sí amor, para mí
también era la primera vez, como te dije y no me creías, más acá lo estoy
ratificando). El negro, por esos ojos tuyos donde me perdía, lo sigo haciendo y
donde quiero vivir de por vida.
El día de la boda
eclesiástica, un smoking con corbatín de pajarita en color rojo, como nuestra pasión. Porque no conozco traje más elegante, aunque sí,
seguro estoy que hay otros superiores y que los caballeros buscan con el mismo
fin, verse elegantes para su amor. Te cuento por qué no lo alquilé y si lo hice
a mi medida en una buena sastrería. Simplemente porque de gala quiero estar
para ti en cada oportunidad y mi compromiso al trabajar es para que disfrutemos
lo mejor de la vida, juntos.
El tercer traje, con saco
color vinotinto como el que representa a mi tierra y camisa verde clara que emula
al prado ante el que te pedí en matrimonio, ergo, el que tengo puesto, tiene
una muy buena razón más allá que éste almuerzo que compartimos; quiero que
celebremos éste siguiente éxito mutuo que espero leas en voz alta y deseo
compartamos al mundo: ¡tenemos la casa qué queríamos!, pude resolver la
transacción y ahora sí cimentaremos las bases para el siguiente sueño: hacer
crecer a la familia, como siempre he deseado desde el día en que te conocí.
Mi amor, vestir de gala es
estar preparado para la llegada de lo mejor. Tú, tan hermosa y radiante con lo
que portas en toda ocasión, requieres que yo esté a tu altura, porque tú eres
el cielo en la tierra que me hace levantar, eres mi éxito y morada de paz. Estoy
seguro que en la boda esteremos radiantes así como pedí a mis padrinos que
vistieran, porque los hombres siempre debemos demostrar que podemos dar más de
nosotros mismos, estar a la altura de cada ocasión y ser elegantes para sus
damas, tanto como galantes y sinceros de corazón.
El buen vestir siempre
develará esfuerzo, trabajo, pasión y éxito, ese que uno se va labrando. Y el
mío comienza bien vestido a tu lado.
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