No, no lo sé o quizá no lo creo o me estoy haciendo
el loco o de verdad estoy ciego.
Parece que el impulso inicial fue bueno, pero olvidé
ponerle el combustible eterno o quizá desconecté la batería de la vida, el
corazón.
Pero… ¡el sigue latiendo!, bombea, emociona, siente,
vive y hasta piensa.
Así que el asunto es la chispa mágica, el encantamiento,
el hechizo, el embrujo de una noche y de un día, de un crepúsculo, de una
madrugada de mensajes, de un contacto mental que es tan sensual como sí de
cuerpos fuera.
Somos del nivel que nuestra ética, compromiso,
sentimientos, visión, hidalguía, pragmatismo, estoicismo, picardía y dulzor nos
lo permiten.
Para que haya magia se requiere un mago y su dama de
inspiración, que hechiza con su presencia y es el diamante mágico que mueve al
prestidigitador. Porque no importa la ideología, religión, nacionalidad,
pensamiento, siempre para que haya un gran hombre a su lado y como una igual
que es, hay una gran mujer. Y en viceversa también funciona, porque es el
equilibrio del mundo.
Es la distancia, el silencio, las creencias
personales, los miedos, la privacidad, los compromisos, el tedio, el cansancio
corporal, el ajetreo de cada día, el no aburrirnos ni saturarnos en un empalago
que lo que pueda crear es un coma de tanto dulce, lo que confunde a la magia.
A veces hay que ser como la jalea real, sólo un
toque de cuando en vez, para no ser letal.
La magia se activa con la sonrisa, con la mirada,
con la palabra firme y veraz sin golpear con ella. La magia está en los
detalles y sin ellos es que comienza a romperse.
La magia está en el compartir los pensamientos y
sentimientos. Porque sólo la sensatez y la sensibilidad nos pueden acercar, sea
en el amor, sea en la amistad, sea en el compañerismo, sea en lo familiar y/o
en la sensualidad.
El toque mágico está en las palabras mágicas que no son
conjuros ni requieren de talismanes. Esas palabras son sólo dichas cuando abres
mente, alma y corazón.
La magia se acaba cuando de verdad se crean muros de
energía negativa; mucho más cuando ésta es involuntaria o cuando se deja al
azar, a atributos místicos. Eso sólo puede definirse con el nombre real de: la
indiferencia.
Mágico es decir, hacer, vivir, creer, confiar,
aportar, acercar a como se pueda; no conjeturar, no decaer, no mentir ni
mentirse, establecer reglas y sí bien se debe ser disciplinado, nunca estricto. Hay
que hacer que la magia efluya cuán danzarina fuente de tu esencia.
La magia está en tu fe de hacer lo humanamente
posible, realidad.
Lcdo. Argenis Serrano - @Romantistech
Lcdo. Argenis Serrano - @Romantistech
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