Pese a todos los problemas, el amor sigue siendo la
fuerza que de verdad mueve al mundo; incluso él mueve a la voluntad que decía
Einstein es un motor indispensable.
Y hoy quiero decirte cuánto te agradezco el que me
salvaras de mí mismo. Un hombre al que una misma comida –como por ejemplo un muslo
de pollo. le queda de tres formas: crudo, seco y quemado. ¿Cómo lo hago?, no
sé, quizá me faltó esa magia en la cocina que tú tienes.
Un alma bella, un estilo innegable para hacer todo, una
gran disposición y practicidad que te hacen única. Cuando alguien dice lo de
personalidad magnética, pues claramente se está refiriendo a ti, amor mío.
En la cocina te destacas tanto en lo profesional como
en el hogar. Cada platillo en tus manos es ambrosía. Utilizas los ingredientes más
exóticos, todo lo haces sin exceso de grasas utilizando las mejores sartenes, preparas bebidas que
me cautivan, me llenan y no me engordan pero sí me energizan… ¡para amarte
mejor!
Quizá no fui original pero el día que saliste de aquel
empleo que no te convenía, siempre me pareció
de lo mejor el recordarte quien eras y que estaba seguro conseguirías
algo mejor. Sabes que no estoy en contra de que trabajes, estoy en contra de
que no seas feliz.
Te llevé a comer par que otros te halagaran, salvándote
de mí comida pero no de mi compañía (jejeje). Pero tu instinto lo que hizo fue
reparar en la cocción del yakisoba con pollo y el wok de carne con fideos que
preparaban en ese restorán japonés y tajante dijiste, “quiero una sarten wok, amor”.
Bueno, eso fue tú pidiendo y yo a la mañana siguiente, tu
petitorio cumpliendo. Recuerdo que ni me viste cuando te la entregué y te
fuiste a la cocina con tu recetario asiático, estilo e ingredientes que
conseguiste. Esa noche me diste a probar tu primera creación. Lloré de alegría
porque contigo el cielo en la tierra, ya tenía.
En poco tiempo estabas ya redactando tus primeras diez
recetas y te fuiste al mismo restorán japonés donde estuvimos a solicitar
empleo. Mostraste tu talento y disposición a aprender. Te contrataron como todo
japonés hace: viendo potencial.
Hoy, estás feliz allí, te invitan a la TV, apareces en
revistas y pronto estarás en YouTube.
Si me sintiera celoso, lo estaría de tu sarten wok;
pero no, estoy es orgulloso de ver cómo te caes y levantas más poderosa. Y porque
tú me alimentas con algo más que comida: con la satisfacción de estar al lado
de un hermoso ser humano que me inspira a mejorar y que así, ambos gocemos
todas las delicias de la comida y el amor.
Lcdo.
Argenis Serrano – @Romantistech
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