domingo

Hoy, Día del Niño, fecha en la que podría celebrarte

 


Como por igual haría en cada día de mi vida, en la salud y en la enfermedad, en las alegrías, molestias y tristezas, siempre que respire, te estaría queriendo de tantas maneras que terminarías queriéndome, quejándote y de nuevo acercándote.

Hoy que es el Día del Niño, estoy aquí, mendigándote que me des tu bendición y me perdones por no saber que estabas luchando por existir y no pudiste.

día del niño


Sin saber que el cuerpo de tu mami no pudo contenerte y se devastó al tener que decirte adiós cuando un hola no había podido darte. Que ni un primer beso –que el último sería- pudo darte, porque la ciencia, estoica y pragmática como es ella, no se lo permitía.

Me enteré por otras voces que al cielo de donde viniste, pronto volviste,

Mis rodillas se doblaron y el dolor al caer hincado al piso fue la nada en comparación con saber que no llegaste, pero te fuiste.

Y sí, discúlpame, sabes que esta no es conversación de un adulto con una criaturita. Quizá sigo cegado del shock, en una etapa entre la negación y la negociación en las fases del duelo, del cual no he salido porque, ¿sabes algo?, aún te amo.

No tuviste nombre, no viste la luz, te llevaste todo y a su vez me trajiste la luz de una esperanza que aunque titila y se apaga, es más de la que he recibido antes.

Te quiero llorar y no puedo, porque físicamente no llegaste, pero vives en mí. Y mientras tu amor exista, te vuelvo y repito, que en mí, te amo, te quiero, te sueño, contigo juego.

Eres todo lo que pude tener aunque parezca que no tengo nada. Creyendo yo que moriría solo, resultó ser que un ser vino a ser el ángel que yo clamaba y no se me presentaba.

Tan solo saber, aunque no fuera de quien debió decírmelo, que tú exististe, me hacen retractarme de la pena de no haber sido padre.

¡Tuve un hijo!, ¡Tuve una hija!, en fin, tuve un ser que llevó mi sangre y que de estar aquí, este y cada día del niño, incluso en su juventud y adultez, le estaría dando el amor, los juegos, el afecto, los regaños, consejos, instrucciones, la hidalguía, la elegancia, los regalos, los abrazos, los afectos, el consuelo y todo lo que se le da a quien amas de verdad.

Hoy que no estás y no estarás, en forma física, sólo me queda imaginarte etéreo o angelical, como esa niña lectora y humilde o ese niño travieso y relajado o qué sé yo como fueras.

Bueno, sí lo sé, serías un niño amado en la circunstancia que fuera, porque de mi parte, todo ese amor que tengo guardado, con él puedes jugar como espíritu que eres, entrando en mi alma donde está tu hogar.

Te amo mi bebé, donde quiera que estés.

Tu papá, Argenis

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