martes

Beso Robado

 


Quiero cometer ese pecado, delito,

Sin fuerza ni patanería,

Un beso robado, aunque se lleve mi vida.

 

Son tantos los momentos crueles,

Que nos han robados besos,

Por no permitir darlos.

 

Ese beso que la muerte nos roba,

Que aquí no se repetirá,

Por lo que esperamos venga ya  la eternidad.

 

Ese beso que pudo torcer una mala historia,

Y lanzar al vacío a alguien,

Que los tenía sin merecerlos.

 

Un beso robado con el cual acompañar

A la más grande de las sonrisas,

Y un !hurra¡ surgido del alma.

 

Quiero darte un beso

Con el cual luego me inculpes

De haber cometido un robo perfecto.

 

De esos besos que callan conversaciones,

Diciendo más que mil palabras

Acompañando por muchas más emociones.

beso

 

Un beso sin mala intención,

Que quizá no selle un amor,

Pero que nunca sintamos que quedamos debiendo.

 

Un beso robado es un ¡gracias!,

Que no puede ni debe terminar amistades,

Sino hacerlas fuertes, donde el alma flaquee.

 

Temo pedirlo porque hay un NO, latente,

Temo robarlo, porque habría un golpe seguro,

Ese que mientan, ¡hasta nunca!

 

El beso es un compromiso, el de gozarlo,

No hay pecado entre quienes no están casados,

Suple la falta de ese delirio y descanso.

 

Y quienes son pareja entienden,

Que un beso robado existe entre ellos,

Para acrecentar el botín del otro ser amado.

 

Me pongo a robarte besos,

Que envío con el viento,

Y sé que a tus labios han llegado.

 

Mi fantasía es ese beso,

Con el que nos digamos,

Que dicha necesidad nos recorría.

 

Quien no recibe un beso,

Lleva una máscara para cubrir,

Que le falta una sonrisa.

 

Por eso, un beso robado,

Jamás y nunca debería,

Ser delito o un pecado.

 

Sin abuso o prepotencia,

Tampoco a tontas y locas,

Eso su plusvalía, trastoca.

 

Tiene que ser a alguien que lo sienta,

Que hasta sin saberlo lo requiera,

Y al besar, se encuentre y a la vez, se pierda.

 

El padre tiempo nos ha robados besos,

La muerte y por mucho,

El orgullo y una moral poco consecuente.

 

El beso que se siente y se quiere,

Siempre sabe a gloria

Y también a buena suerte.

 

Los labios y los brazos,

Se hicieron para emocionar,

De lo contrario, ¿para qué se tienen?

 

Sí, parecen excusas premonitorias,

De un beso robado

Que tengo en mi corazón ardiente.

 

Y un robo anunciado coloca,

En alerta para evitarlo,

O para hacerse cómplice.

 

Más daña el rechazar un beso,

De quien bien te quiere,

Que dárselo.

 

Cuando los planetas se alinean,

Ergo, el momento que se crea,

Para darlo y proseguir.

 

Luego, habrá preguntas,

Siendo sus respuestas,

Del beso, su vida o morir.

 

El beso de una persona buena,

Jamás duele, ofende, pesa, humilla,

Porque del cariño es buena semilla.

 

Por ende un beso robado,

Es un anhelo de bien,

Que no condenará ningún jurado.

 

Sí no cree que sea pícaro y bonito,

Será que no ha vivido

O algo así de valioso, jamás le han robado.

 

Argenis Serrano

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