Sí, tal como lo lees es así como me lo digo,
convenciéndome que quiero resarcir tanta falta con la única persona que se ha
atrevido a quererme: yo. Quiero volver al futuro que me cerré cuando preferiste
esa vida que llevas, en la que no tuve cabida.
Porque cuando tendí mi mano para acompañarte,
solamente vi a una espalda irse para llegar a los brazos de quien yo no
conocía…pero presentía.
Quiero volver al futuro que en palabras
y acciones íbamos construyendo. Esos que parte de un bloque de concreto, una
puerta, unas cortinas y unas láminas de acero y se transforman en cuatro
paredes y un techo.
Todo eso que dejé con aquel, ¿ya para
qué?, que tan equivocadamente espeté con tu partida; un abandono que fue un
salto al vacío hecho hacia atrás, por las meras ganas de no seguir viendo hacia
adelante donde ya no estarías.
Aunque la edad sea siempre una
referencia de ir tarde, la verdad que todo instante en que uno se levante es el
inicio y sólo llegará el fin cuando por despecho, desmotivación y beligerancia
con uno mismo, se tenga.
Por eso digo que quiero volver al futuro
que nos dibujamos. Ese donde los paseos por el parque viéndote con tu largo
vestido que el viento cuán atrevido, levantar más de una vez hubiere querido.
Para alzarte y dar vueltas y abrazarte, ser dos adultos con el alma de niños,
que de formas sutiles se otorgaban el cariño.
Ese futuro de 8 a 6 laborando, comiendo
con algunos sobresaltos, la casa ir amueblando, los momentos juntos ir en el
mármol del alma, labrando.
Quiero volver al futuro de esa manera,
despegarme del pasado que efímero y equívoco fue y deslastrarme de este
presente que fue porque el aprendizaje muchas veces es cruel, pero que mis
sueños hecho proyectos y mano de obra, pueden volver a reaparecer.
Ese futuro es este instante mientras
escribo y me convenzo, por igual cuando alguien por mera casualidad lo lea y su
situación símil sea, sepa que volver al futuro es posible aunque se haga uno
que otro borrón y cuenta nueva.
Y mientras voy reescribiendo esta
historia que es tan mía como pudo ser nuestra, voy entendiendo que eso de
“quiero” es otra limitación que de punto de nueva partida no creo que bueno
sea.
La verdad es que puedo volver al futuro, porque tanto mías como tuyas fueron las
ideas y no sé si con quien ahora estás, algunas parecidas tengas u otra tu
situación sea, pero válidas serán porque cuando las hicimos, sabíamos que
valían la pena.
Sí, puedo y voy volver al futuro que me imaginé, aunque sea
solo, porque en mí tengo fe.
Y no, para nada eso te restregaré, ¡por
favor!, te respeto porque el bien así me lo indica y hoy, que de ese pernicioso
letargo desperté´, bien debo agradecerte porque muchas cosas buenas y bonitas a
tu lado e inspirado por y para ti, proyecté.
Algunos detalles he de cambiar, algunos
bloques y láminas de acero no he de colocar.
Pero la ventana donde veré al futuro
allí estará y la puerta de la esperanza por la que siempre saldré y con
dignidad, traspasar para en casa estar.
Muchas cosas buenas ocurren a quien
abandona al pobre de mí y se sube al tren de esto es bueno para mí, decidiéndose a volver al futuro que aflojó
porque creyó que el transitar sólo serviría sí se iba de a dos.
Sea cual sea el plan, bueno será, porque
un alma renovada y que se quiere a sí misma, te juro yo, que por su propio bienestar, la ejecutará.
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