Me dijo el corazón cuando le comenté que debo amarle en silencio:
¡Arriésgate, hazlo!, total, ¿Qué puedes perder?
Contesté con mi argumento: Le puedo perder a ella,
que es y sería siempre el todo y mi todo aunque nada fuésemos. Arruinar una amistad por una decisión o
sentimiento unilateral, es tanto como…
Lanzar a la felicidad por un abismo.
Perder la cercanía que paso a paso conseguimos.
No comprender el valor de los días.
Ver en las noches sombras que tu decisión, sólo
critican.
Y como ánimas te agobian, haciéndote esperar a un
alba que aun llegando, es oscura.
Un rechazo a mi sentir, tácitamente ya mi ser su
respuesta augura.
Por eso he preferido amarle en silencio, para que así
de cercana, siga,
Poder escuchar sus cuitas y sentirle en su buena
vibra.
Que no pueda tomar su mano, puede doler.
Pero ni siquiera ver sus manos laborando, es demasiado
entristecer.
Verle transitar distante, sin que me salude, por mi
añoranza,
Es quitarle el color a mi existencia, cubierto por
una mortaja.
Amarle en silencio es una decisión difícil, pero
nunca mezquina,
Porque no le quito su comodidad, por albergar la
mía.
Hay quizá variados motivos, para que ella me diga
no,
Más para decirme sí, esa prerrogativa, jamás se me
concedió.
De la amistad al odio por no ser amigo leal, hay un
paso,
Fallar como enamorado y como amigo, es cruento doble
fracaso.
Amarle en silencio es una solución austera,
Donde guardo lo que siento, más me quedo en espera.
Sigo dedicándole suspiros, cantos y mi labor,
Como un fiel enamorado, que da todo por su amor.
Es probable que a otros brazos, la tenga que yo ver
partir,
Más, ¿Quién me apaga esta flama, que ha avivado mi
existir?
El amar no es blanco y negro, de “o soy yo o no es
más nadie”,
Es desearle muchos triunfos, aunque no pueda
acompañarle.
Quizá soy tonto, poeta, resignado o soñador,
Pero amarle en silencio, me ha parecido lo mejor.
No hay esa luz de encuentro al mirarnos,
Tampoco palabras que se hilvanen, cuando hablamos.
Pero hay paz, sonrisas, concordia y esperanza,
Cuando me mira, mi alma al universo con un pequeño
salto, alcanza.
Por eso te digo corazón, amarle en silencio es lo
que toca,
Sé que tú sabrás contener al potro arisco,
Así mi amor por ella de ninguna forma le digo,
Toma entonces bien fuerte las bridas… o se desboca.
Argenis
Serrano
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