Antología es recopilar
todo lo bueno; lo que significa, recordar lo que tú vales en mi vida a cada
instante, cuando te veo, te pienso y te sueño.
Tras el cierre de una
puerta, un abrazo atrayente como de gravedad de planeta a meteoros que chocaban
en un beso donde átomos explotaban.
Sin ninguna pena,
lucías tus mejores galas de mujer combinadas con la dulzura de quien sabe
querer y de tal néctar brindabas dulces cucharadas.
Cruzando caminos
verdes, rocosos y solamente pesados para aquellos que no tienen un destino que
les abra los ojos y les renueven las ganas de querer y sonreír.
Siempre discreta ante
el mundo y llena de la energía de una supernova al momento de querer, pensar,
sentir y hacerte valer.
En aquel instante en
que en una plaza oscura, tus ojos lanzaron destellos a mi vida, prometí acompañarte
fielmente y atesorar cada instante en una antología de poemas que llevan tu
nombre.
Donde el real castigo
es el tiempo que perdimos cuando aún no nos conocíamos, el cual buscamos
recuperar, haciendo de cada segundo la divina eternidad que significa el que hayamos
cruzado nuestras vidas.
No hay necedad posible
en quien se empecina en ser mejor, noble y mantener su dulzor para aquel que
sabe atesorar los momentos; porque de dichos ahorros, se llega a la riqueza
eterna del amor compartido.
Aunque distante te
note, me evites el tema o lo cambies para que no te diga todo lo que por mi
actuar ya se sabe, te seguiré amando y sumando a esta antología esos instantes
irrevocables que tu sola presencia en mi alma, mente y corazón, abren.
Queda la espectacularidad
de los momentos tiernos; el aprendizaje de los instantes cruentos y el valor
del vencer aquellos episodios que la debilidad de quien no ama ni se ama,
transforma por su pesar, en tormentos.
Todo es aprender,
hacer, estar, seguir y volver a repetir, cada vez en forma mejorada; porque así
a la persona amada, se le brinda esa confianza que va en un segundo, de cero, a
mil.
Déjame decirte la
antología de momentos que he escrito en mi mente, permíteme pues ser esa opción
que quizá no sea común, pero será diferente, digna y que corresponda a lo que
mereces, esperas y vales tú.
Anda, por favor, ya no
seas esquiva por orgullo o por temores del pasado; permíteme hacer antología de
realidades y no sólo de algunos instantes vividos y otros soñados.
Quiero que vivas esa
alegría, que en mi desde que te hablé, toda una colección de suspiros,
esfuerzos y sueños, como un nuevo Edén, ha germinado.
Y que esta antología,
pronto sea un diario, en el que escriba mi nombre, con el tuyo a mi lado.
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