No amor, no te voy a engañar como aquellos que se hacen llamar hombres y sólo usan trucos palurdos para seducir a una mujer. No te diré “ven a mi casa para que veamos Netflix” y así tú te maravilles porque puedo pagar un servicio de streaming y que en vez de eso, quiera yo sólo quiera hacerlo desaforadamente contigo, cuando tu intención no es esa, sino sentirte amada.
Vivimos en un país y en
una época en que aun pudiendo tener un derecho como lo es el Internet, sus
gastos acarrean y trae mayores esfuerzos. Y eso es bueno, porque en esta noche
de películas te voy a mostrar quién soy en realidad y será tu juicio el que
dirá si conmigo te quedas, para juntos, luchar.
Yo te he invitado hoy a
ver peliculas en cuevana que es un portal gratuito, sí. Más con el costo de la
mensualidad de Internet, electricidad y bueno, algunos gastos que estoy bajando
para un plan que tengo, me llevaron a no contratar servicios de streaming
pagos. Y en este instante, agradezco eso.
¿Por qué tanto misterio con lo de Cuevana, te preguntarás?
No te ofendas, por favor. Lo que diré no es una comparación
entre tú y mi pasado. Pero también los hombres lastimados vamos dudosos y
pisando con más cuidado. Y te cuento con énfasis lo de Cuevana qué, como bien
sabes, ofrece muchísimas películas y series gratuitas. Y hay quien te ve
extraño porque usas lo gratuito y no lo pago.
Sí, puede sonar un tanto ofensivo para ti que eres una dama
correcta, más remato mi planteamiento con lo siguiente y así comprenderás mi
posición:
Te invito a ver películas en un portal gratis, comiendo
golosinas hechas en casa con refresco, no en búsqueda de hacer el amor ni otra
cosas, sino que el amor como a un nuevo elemento, otra vez como la primera vez que nos vimos, nos haga todo el bien del mundo.
Porque mira, en los momentos fuertes de la vida de los
casados, se limitan para poder lograr más adelante lo que en pareja sueñan. Para
eso han de bajar lo material y seguir aumentando lo sentimental.
Por eso hoy te invité a ver Cuevana, para ahorrar en la
salida al cine, lo del taxi, las entradas, las golosinas y cualquier cosita que
debamos pagar o queramos comprar.
Una que otra vez tocará, pero luego se compensará. No es ser tacaño,
es estar llenos de nuestra realidad.
Y como te dije hace
unos instantes, tengo una intención con tanto ahorro: ofrecernos la posibilidad
de dar la inicial de una casa propia, donde juntos comencemos un hogar.
Habrá noches como estás
viendo Cuevana por su gratuidad; otras en las que existirá una holgura para
salir a parrandear.
Esa es la razón que el
amor nos hace ver y madurar en nombre de lo que uno por el otro sentimos. Jamás
mentirnos y saber que todo se puede balancear, mucho mejor si se hace en
pareja.
Hay tantas maneras de
amarse y par mí, esta es una de ellas; en la que hacemos el momento y éste se
vuelve un norte en nuestras vidas, con esa humildad que te revista, con esos
sueños que me acompañan.
Y ahora que te he
confesado mis reales intenciones, quitémonos los zapatos, comamos juntos lo que
con cariño he preparado, veamos Cuevana y soñemos con todo lo bueno que pronto
será realidad para ambos.
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