Un papá duele cuando no está para nosotros en ningún
momento de nuestras vidas.
Un papá duele cuando cambia a sus hijos por alguien
más que no es su sangre.
Un papá duele cuando es indiferente, agresivo, dominante,
reacio, ermitaño, gruñón, dejado o “pobre de mí”.
Y duele porque no es lo que se espera de un padre y
ni él mismo en su propia concepción se visualizó como uno y todo lo que eso conlleva,
al menos con lo mínimo que es tener
humanidad.
Pero,
un papá duele
Un papá duele cuando se nos va al cielo cuando más
amor nos daba.
Un papá duele cuando notamos que llora en silencio
por todo lo que debe sufrir para que las alegrías de los suyos estén a flor de
piel.
Un papá duele cuando no se puede dar un gusto.
Un papá duele al ver a sus hijos partir y tener ese
nudo en la garganta reteniendo el llanto mientras sonríe y muestra el orgullo d
ver a su prole crecer y seguir.
Un papá duele cuando le niegan el derecho a ver a
sus hijos.
Un papá duele cuando dicen que la madre es la única
que da amor y el de él es desplazado o minimizado por una sociedad que juzga a
todos por igual.
Un papá duele cuando no puede abrazar a su propio
padre.
Un papá duele cuando pasa de abuelo otra vez a
padre, porque debe cubrir al padre que falta, ya sea porque partió del mundo o
partió hacia la cobardía.
Un papá duele cuando está con su hija en brazos en
un hospital pidiendo ayuda para que la atiendan.
Un papá duele cuando su hijo le regaña y manifiesta
todo aquello que es inmerecido y que un corazón de padre no debería escuchar.
Un papá duele cuando le cambian por otro ante
mentiras y rechazo que le fue enseñado sin fundamento.
Un papá duele al saber que su bebé y él quedaron sin
su madre, sea por voluntad de Dios o por la mano humana.
Un papá duele cuando sus consejos son rechazados dizque
por no saber nada.
Un papá duele, cuando se le niega un abrazo.
Un papá duele al verle abatido porque su hija o hijo
se va por el supuesto camino fácil.
No todos los papás son lo malo que día a día y con afinque se
quiere hacer ver. Si hablan de malos padres, digan directamente el nombre de
esos sombríos y no sigan enlodando al padre.
Padre es el que engendra, el que cría, el que ama,
el que está; hasta en un divorcio o padres de la nueva ola –él aquí y la madre
allá-, siguen siendo padres mientras sigan mostrando lo que son: ejemplos de
bondad.
Y antes de juzgar al género masculino y en especial a
los que son papás, cuenten cuántos padres buenos conocen directa o
indirectamente y verán que los buenos, son más.
Un papá duele cuando le quitan su puesto en la vida,
sin ser él, culpable de lo que hagan los demás.
Cura su dolor, con amor.
Te
quiero papá, siempre me disculparé de los malos ratos, que no fueras abuelo, de
haberle puesto mostaza a una hamburguesa tuya.
Y
sé que tú que me lees, quieres por igual a tu papá y conoces a muchos que son
buenos padres.
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