De
corazón te pido: ¡Dame una oportunidad!…si se la has dado al equivocado, sin
que esto indique que yo sea el correcto, ¿Qué podrías perder a mi lado?
No
es algo imperativo, sino más bien informal, para acabar con los suspiros vacíos
y de ti, poderlos llenar.
La
confianza quedará intacta, los prometo de corazón, así sea que no resulte, de
nuestros quereres, la fusión.
Dame
una oportunidad, de enseñarte mis locuras, de mostrarte mis bravuras, de que
puedo recapacitar.
Nunca
un puño con ira, ni palabras deseándote mal, acompañadas con mentiras, menos
con infidelidad.
Nada
de eso tendrás, mi accionar disipará tus dudas, verás que soy cosa segura,
¡Dame una oportunidad!
Soy
del montón aquel, que no somos del montón, que quiere con el corazón, y valor a
la mujer.
Me gano poquito sueldo, quizá tú también igual, ¡Juntemos ambas miserias y una
fortuna será!
Con
la solidaridad, y respeto a nuestras vidas, podremos sanar heridas, por amor a
la verdad.
Dame
una oportunidad, quizá no soy de tu estándar, más aquel que bien siempre anda,
lo mismo profesará.
No
podré borrar dolores, que marcaron tu pasado, así de golpe y plumazo, ¡me tomará algunos soles!
Más
la tarea diaria, será que confíes en mí, y en todas las cosas varias, que a ti
te hagan feliz.
Te
quiero y bien tú lo sabes, ya no lo puedes negar, no me acerco a aquellos
males, que te fingieron amar.
Mis
fallas me hacen humano, las tuyas te hacen igual, ¡resolvamos entre ambos, seamos
dulce, nunca sal!
No
es por tu cara bonita, sino por quien verdad eres, que mi alma siempre grita,
todo aquello que te quiere.
Dame
una oportunidad, nada te vas a perder, porque el tiempo va a valer, más que el
oro y el coltán.
Quizá
hay más pretendientes, u otro que te tiene en vista, pero anótame en la lista,
aunque sea allí al final.
Estas
palabras son rimas, que te expresan la intención, pero será mi amar y acción, el
sello, la huella y firma.
Dame
una oportunidad, de querernos bien bonito, aunque no soy galancito, sé que
merezco amar.
Y
el corazón me decía, esperase a mujer de bien, y ha llegado ese gran día, ¡Tú
eres mí ya y mi quien!
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