sábado

Dame una Oportunidad


De corazón te pido: ¡Dame una oportunidad!…si se la has dado al equivocado, sin que esto indique que yo sea el correcto, ¿Qué podrías  perder a mi lado?

No es algo imperativo, sino más bien informal, para acabar con los suspiros vacíos y de ti, poderlos llenar.

La confianza quedará intacta, los prometo de corazón, así sea que no resulte, de nuestros quereres, la fusión.

Dame una oportunidad, de enseñarte mis locuras, de mostrarte mis bravuras, de que puedo recapacitar.

Nunca un puño con ira, ni palabras deseándote mal, acompañadas con mentiras, menos con infidelidad.

Nada de eso tendrás, mi accionar disipará tus dudas, verás que soy cosa segura, ¡Dame una oportunidad!

Soy del montón aquel, que no somos del montón, que quiere con el corazón, y valor a la mujer.

Me gano poquito sueldo, quizá tú también igual, ¡Juntemos ambas miserias y una fortuna será!

Con la solidaridad, y respeto a nuestras vidas, podremos sanar heridas, por amor a la verdad.

Dame una oportunidad, quizá no soy de tu estándar, más aquel que bien siempre anda, lo mismo profesará.

dame una oportunidad


No podré borrar dolores, que marcaron tu pasado, así de golpe y plumazo, ¡me tomará algunos soles!

Más la tarea diaria, será que confíes en mí, y en todas las cosas varias, que a ti te hagan feliz.

Te quiero y bien tú lo sabes, ya no lo puedes negar, no me acerco a aquellos males, que te fingieron amar.

Mis fallas me hacen humano, las tuyas te hacen igual, ¡resolvamos entre ambos, seamos dulce, nunca sal!

No es por tu cara bonita, sino por quien verdad eres, que mi alma siempre grita, todo aquello que te quiere.

Dame una oportunidad, nada te vas a perder, porque el tiempo va a valer, más que el oro y el coltán.

Quizá hay más pretendientes, u otro que te tiene en vista, pero anótame en la lista, aunque sea allí al final.

Estas palabras son rimas, que te expresan la intención, pero será mi amar y acción, el sello, la huella y firma.

Dame una oportunidad, de querernos bien bonito, aunque no soy galancito, sé que merezco amar.

Y el corazón me decía, esperase a mujer de bien, y ha llegado ese gran día, ¡Tú eres mí ya y mi quien!

Argenis Serrano

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