lunes

Una Dama y una Cerveza en una Terraza

Hoy deseo hablar contigo, aprovechando este viernes en el que finaliza nuestra jornada laboral. Con una cerveza en la mano, compartiendo como los amigos que somos, contemplando el crepúsculo y dándole la bienvenida a la noche.

Cada día de la semana en un adulto es un stress tan fuerte, que parece que vamos acelerando todo para que llegue el día y el momento en el cual el descanso y el departir se unen y se hacen preámbulo de un buen fin de semana.

En vez de comprarlas, amiga mía, te invito a que vayamos a hacer cerveza en casa; he aprendido –practicado- y probado diversas técnicas para hacer una rica cerveza artesanal.

cerveza


La sé hacer de frutas, la sé hacer Priming, Black, similares –y tan buenas- como las importadas e incluso, si no quieres alcohol, elaboramos una cerveza sin alcohol y me la tomo feliz contigo. En fin, lo que tú quieras, lo que sea, siempre que sea contigo, será bueno, mi estimada.

¿Por qué no buscar una comercial de una vez?, ¡Porque además de tu grata compañía, lo sabroso de elaborarla en casa es el proceso!, como cualquier platillo que pueda cocinar y degustar a tu lado, esta cerveza tiene el beneplácito de que desde al principio al fin, la estuvimos controlando.

Y lo que se hace con las manos, con amor y con control, siempre termina siendo un deleite inefable.

Luego, subamos a la terraza. Unos pasapalos para acompañar, un poco de música instrumental y ver a las aves dirigirse a su descanso, mientras las luces de la ciudad se van encendiendo y, entre sorbo y sorbo, en tus ojos se van dulcemente reflejando.

No necesito cerveza para envalentonarme y decirte lo que por ti siento, sólo deseaba crear el ambiente sereno y de practicidad que te revelará quién soy yo.

El que se gana lo que se come y bebe, que valora las cosas pequeñas que hacen grande a la vida. El que busca diversificar sus gustos, emociones y sensaciones.

Y sobre todo, el que te ama y hoy, bajo la excusa de una rica cerveza hecha entre ambos, una ciudad y cielo que nos cobijan, una luna de testigo, quiero confesarte mi amor.

Si tu repuesta es similar a mi sentir, la cerveza será el brindis refrescante que da inicio a un feliz y permanente porvenir.

En caso contrario, brindaré por nuestra amistad y por quienes somos. Porque esta confesión no acabe lo vivido y que con su sabor enjugue las lágrimas que tendré a flor de piel, dejándome a entender que lo que no es ahora…

Quizá lo sea en un después.

Brindo por eso, levantando mi vaso de cerveza.

Argenis Serrano 

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