Todo Puede Cambiar en un Instante

Todo puede cambiar en un instante y una mañana estresante se puede convertir en una tarde y noche de redención.

Como por igual el sentirse bien puede cambiar porque el cuerpo amerita una intervención quirúrgica que le salve la vida.

 

Todo puede cambiar en un instante, pasando de un momento de suspiros por la ilusión con la persona amada a un mar de lágrimas por un amor no correspondido, una infidelidad, un desengaño indefinible.

De igual forma puede cambiar con una llamada inesperada, que quite los pesares de una soledad agobiante que se porta callado para no empoderarla.

 

Todo puede cambiar en un instante, en que alguien esté con vida o luchando por ella y en pocas horas, nos dice adiós por su paso a la eternidad.

De igual manera una sensación que crea una incertidumbre y luego de unas pruebas, una noticia le da una nueva dirección a la vida, ¡Vas a tener un bebé!

 

Todo puede cambiar en un instante, te sientes sola, aburrida, no confías en el amor porque te han traicionado. Y llega de cualquier forma una mascota y te hace entender que el amor se presenta de diversas formas y te hace creer en él.

Por otra parte, un artefacto o parte de la estructura de la casa falla y te crea una molestia y gastos que no estaban presupuestados.

 

Todo puede cambiar en un instante, confías en que esa persona estará contigo siempre y de pronto te da la sorpresa de que se va del país y todo contacto con ella, cambiará.

Y se ocurre que llega una persona locuaz, tu antítesis, lo que no creías pudiese engranar contigo de manera alguna y te hace vivir nuevas experiencias no sólo con él, sino contigo, creciendo de una manera a la que te cerrabas o creías no era por, para o de ti.

 

Todo puede cambiar en un instante, de la risa al llanto, de la vida a la muerte, de la salud a la enfermedad, de la opulencia a la pobreza, de la cordura a la ansiedad y viceversa.

Esto se sucede, porque –quizá por buena fortuna- no sabemos nuestro destino ni el de los demás que puede tener cruce con el nuestro y escribir renglones impensables en el libro de nuestra vida.

 

Todo puede cambiar en un instante y por ello, lo que debemos dejar en nuestro transitar son situaciones que jamás impulsen controversias, escándalos, desilusiones, pecados o delitos.

Tampoco podemos dejar rutinas ni grises actuares. Si no creamos alguna diferencia, picardía o irreverencia que desate pensamientos superiores y mejores sentimientos, es que no estamos sazonando a nuestra existencia lo suficiente.

 

Todo puede cambiar en un instante para quitarnos y darnos, siempre con una enseñanza que podemos catalogar de amarga o dulce, pero no deja de ser incidente en lo que seremos a continuación.

Queda de nosotros hacer que pensamiento, sentimiento y acción revaliden el instante que es ya, porque el de al rato no sabemos.

 

Todo puede cambiar en un instante, en un instante estamos molestos y de pronto lanzamos la risotada que nos reencuentra con nosotros mismos; de pronto tenemos mucha energía para hacer cosas y de repente, caemos en el más plácido y profundo de los sueños.

No nos quedemos esperando el instante que nos cambie para bien o para mal, para hacer las cosas debidas, las queridas y las necesarias. Tantas largas pueden retrasar los cambios que harán que el gran escritor del universo borre una que otra cosa y escriba con renglones dorados, lo que nuestras acciones bien se han ganado reescribir.

 

Todo puede cambiar en un instante, por ello, jamás veas pequeño lo bueno y lo aleccionador, porque es el escudo para lo que pueda venir. Y verás que si te desmoronas y sólo te formulas preguntas, tu misma esencia y construcción te rearmarán y te brindarán claras y diáfanas respuestas.

Y si tienes algo que decirle de bueno a alguien, dilo, quizás puedas ser ese cambio para ti y para ese ser, que con letras de oro en el libro del destino, el título realmente, es.

 

Argenis Serrano