Quizás el decir que si no Estás, no existes, aplique en el mundo del comercio y la tecnología, donde has de mostrarte con calidad y pertinencia, seas una gran tienda de ropa o aplicaciones para hosteleria.

 

Pero en el predio de los sentimientos, donde la inteligencia emocional se encuentra tan atacada por la beligerancia, el tedio o el engaño, decir que Si no Estás, no existes, puede llegar a ser una falacia sí no se recuerda, enaltece y reconoce, todo el valor que en tu momento, aportaste.

 

Por ende, decir que si no estás, no existes es una daga al corazón, cuando ya, por cosas del destino no estás cerca de alguien, pero en tu tiempo con esa persona, ciertamente:

Si no estás, no existes

 

Rompiste toda norma convencional, tan sólo por hacer un bien que a ti también te marcaría de por vida.

 

Demostraste una iniciativa que inspiró a tu contraparte y le ha servido de recuerdo y convicción de que el querer es poder, cuando se busca materializar.

 

No tuviste miedo ante quien te quería hacer sucumbir ni perdiste tu línea de rectitud, convicciones e ideales. Dejando profunda huella en más de una persona, de cómo enfrentarse a un envilecido sistema.

 

Si no estás, no existes físicamente. Pero el legado de emprender, querer, danzar, jugar y no dejarse amilanar por nada ni nadie, siempre pero siempre, termina reflejándose en la actitud de quien te quería, incluso sin dase cuenta.

 

La presencia física es necesaria, sí; pero el ciclo de la vida nos enseña que nada es eterno y que quienes acá quedan, deben saber honrar a quien ya se fue, a otro lugar o a la eternidad, poniendo en práctica aquellos valores y amores con los cuales se mostraba realmente esa persona, ante esta humanidad que muchas veces cuestiona, pocas veces aplaude y en la cual, son cada vez menos los que aprenden.

 

Tú estás es mí y sé que estoy en ti. Y ninguno tiene amargura ni sinsabor, incluso al adentranos en las recurrentes preguntas de ¿Qué estará haciendo?, ¿Pensará en mí?, ¿Qué pude significar en su vida y en su ahora?

 

Todas esas respuestas quizá no la sepamos, pero el tránsito de la vida de cada quien, sin ser atacados por el mal y mucho menos caer en sus garras de sedición y desgracia, son de por sí, una enorme ganancia.

 

Posiblemente esas palabras, acciones, consejos, ejemplos, carisma y sentimientos que nos dejamos, nos sigan energizando y haciendo mejores, incluso más allá del tiempo, en el cual no existe para nada, el olvido.

 

Por eso, si no estás, no existes, sólo aplica para aquellos que quieran mostrar sus productos de calidad.

Más cuando se habla de calidad humana, esa se sigue sintiendo, enalteciendo y nombrando, así pasen 20 años sin vernos.

 

Así de fuerte es el legado de quien ama desinteresadamente, saber querer más allá de lo imaginable, no siente mezquindad y sabe que los caminos de la vida en ocasiones se entrelazan y luego, hacia otros lados nuestros recorridos marcan.

 

Si no estás, no existes en un beso, un abrazo y en el encuentro de nuestras miradas; pero te informo, que en mí, sigues estando y en todo el candor de mis sentimientos, diariamente esas cosas una y otra vez, se suceden.

 

Y quiera el destino premiarme, con el que vuelvas a estar a mí lado.

 

Argenis Serrano