Todo lo que Está Sucediendo

Fíjate en todo lo que está sucediendo mientras nos aferramos a un letargo y dolor que no son tal.

 

Hay quienes juegan al ajedrez con las vidas y los sentimientos de otros.

 

Mientras que acá estamos tú y yo, queriendo sentir el amor, pero negándonos la oportunidad.

 

Y no, no se puede menospreciar o comparar el dolor y el sufrimiento; porque ambos son malos en cualquier dosis.

 

Más las causas sí son cuestionables; porque unas son provocadas por otros y se transforman en efecto.

 

Pero las nuestras son nacidas del rechazo mismo a buscar una solución que logre nuestro encuentro.

 

Toda sonrisa apagada o acallada es sinónimo de maldad,

 

Y negarla para darle lección a otros, es como quitarse el pan de la boca, nada bueno saldrá.

 

Estamos para amarnos y convencernos de que podemos surgir, sin rasgos de soledad.

 

Así están los que sufren por la avaricia y falsos clamores, solicitan el amor que la vida y la paz, pueden otorgar.

 

Desperdiciamos tiempo y pensamientos, viéndonos solos, no dejando espacio al amor de pareja.

 

Mientras muchos no quieren verse solos y estar con los suyos, alejados de todo aquello que amenaza a su existencia.

 

Todo lo que está pasando es culpa del hombre, en específico aquel que está lleno de codicia.

 

Así como todo lo que está pasando entre nosotros, es culpa de no ambicionar una oportunidad que nos abriría caminos merecidos.

 

El amor de pareja existe. Quizá no lo vean o lo rechacen por el físico, por el dinero, por la actitud que poco le parezca.

 

Pero lo presiente, lo perciben y hasta saben que les conviene, porque saben que pueden construir ese camino que los banales y vacíos destruyen, porque superiores se sienten.

 

Similar es la vida de quien huye de los embates de los conflictos, con sus claras y crudas diferencias.

 

Quiere construir su camino, el que seres pútridos y pérfidos han destruido, con su falsa y ominosa superioridad.

 

El equilibrio del mundo se encuentra alterado y lo estamos transgrediendo aún más.

 

Por un lado a la gente que se ama, no la dejan amarse ni vivir en paz.

 

Y en este lado, personas como tú y yo no nos amamos, porque tememos que no resulte y que nos vuelvan a robar la paz.

 

Tantas ideas malas han sido sembradas por aquellos amantes del conflicto.

 

Y sin darnos cuenta, de una manera ligera o cruenta, todos en sus fauces hemos caído.

 

Todo lo que está pasando entre nosotros, la falta de una oportunidad, el silencio, la duda, el rechazo por lo físico, es un efecto colateral.

 

Lo que ocurre en donde las almas luchan una contra la otra en nombre de falsos seres con poder, tampoco es culpa suya, es otro daño colateral.

 

Erráticos estamos, tratando de conjugar situaciones para recordar que todos sufrimos.

 

Se desata nuestro instinto de supervivencia y superación, para recordarnos que todos nos podemos amar.

 

Todo lo que está pasando, se acabará cuando por fin en nuestras diferencias, aprendamos a vivir mejor y ante cualquier cuita, decidirnos conciliar.

 

Argenis Serrano