Dar la espalda a un pasado que te
ancla y obliga una sonrisa que debe romper un muro que no puede ni debería
tener.
Imitando a un tiempo que tuvo sus
luces y vítores, mismo que quedó sepultado por quien no quiso ser futuro y no
fuiste tú.
Dar la espalda a las desazones, sin
olvidar que ellas están allí, pero restándoles poder, ¡Esa es una forma excelsa
de vida!
Olvidando a aquellos que no conocen
ni un gramo de la decencia con la que creen que el dinero, administración y
ropa, pueden ostentar.
Abandonando a ese lugar lleno de
rejas físicas que encierran al hombre en lo que es, porque así lo decidió,
aunque otros no lo viésemos.
Dar la espalda no es rendirse, es
una muestra de hastío y avance ante quien se quedará viendo como tú recompones
tu destino, mientras él o ella, se estancan
No es ensimismarse ni negar la
realidad como se vive; pero tampoco, martirizándose en busca de soluciones
tibias para pasar por persona ajena.
Tampoco el dar la espalda es buscar
poder para obtener el control, sin antes hacer introspección, so pena de
convertirse en una peor versión de aquello que se ha de deplorar.
Reconstruirse luego de tantas
cuitas y desazones; de errores humanos y de fantasías grandes equívocas.
Así se viven las sensaciones reales
de grandeza que emanan de la humildad y la confianza en su probidad.
No se le pueden dar la espalda a
los gozos y emociones del pasado, porque ellos construyeron sonrisas que en su
momento te enriquecieron y salvaron.
Sólo se le puede dar la espalda a
aquello que por querer el control total, terminamos perdiendo, porque nadie
detiene un caudal con sus manos.
Quien halla la serenidad en aquello
que es verdaderamente suyo, puede dar la espalda a los dolores pasados, presentes
y desafortunadamente por venir.
Es un baño de realidad que proviene
del mismo equilibrio de la vida, el cual nos purifica y permite confrontar
inmaculados en alma, mente y corazón.
Hoy le debes dar la espalda a los
temores, las inseguridades y a las decisiones que no te permitan engranar, ser
un conjunto de un todo.
Sí, eres una pieza única, que puede
con su función, rol y anhelo; pero la maquinaria del bien es más grande, cuando
se es más que un yo.
No hay otro mejor momento que el
ahora para dar la espalda a aquello que nos coloca en una caja mental, para emerger
nuevamente en la mejor versión de uno mismo.
Hay mucho legado y puede seguir
habiéndolo. Con amor, pasión, sueños, proyectos, equilibrio y entendimiento a
las demás partes del todo.
Tanta gracia en ti, no tiene
límites para tomar hacia el norte, sur, este u oeste y seguir triunfando, incluso
cortando caminos en el que vas a paso seguro.
Hay mucho a lo que le puedes dar la
espalda y hacer que se destruya porque no le das tu atención. Al mal no se le
alimenta, se le desgasta y él mismo se consume.
En el mejor de los recuerdos estará
cada instante constructivo, anecdótico y valedero, siempre teniendo a una
figura infaltable a la que jamás le has de dar la espalda…
Tú
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