Tener una novia cosplayer,
es encontrar lo bueno de la imaginación y de la realidad en un solo ser. Porque
ella no lo hace por modelar y ganar dinero, lo hace porque lo siente como su
estilo de vida.
No es una niña, es una mujer que sabe ser niña y mujer
según la ocasión. Ha dado la cara más seria y estoica ante la adversidad y
también la más dulce ante la humildad.
Con ella, me siento a ver nuestra series favoritas en animenix por horas, muy acurrucados y
contentos. Al terminar cada episodio, las conversaciones pasan de lo infantil a
lo lógico, de lo más imaginativo a lo filosóficos.
Dos personas grandes que no temen ser libres, en un mundo
que tiene muchos prejuicios, en especial de aquellos que temen liberarse o sólo
viven detestando la felicidad ajena, gracias a su envidia.
Mi amada novia cosplayer es muy original en cada una de sus
interpretaciones. Sabe adecuarse a los personajes más dulces, como mostrarse
natural ante los más aguerridos.
Incluso a los personajes bufonescos les da su propio
toque personal y me hace reír, así como ha hecho reír a muchos niños cuando va
a realizar sus interpretaciones.
Sí, ella vive del cosplay también, teniendo una licenciatura
en docencia y artes. Sabe conjugar lo que ha aprendido a cómo ella se ve.
Muchas veces me ha dicho que ahora se ve como Jessie del equipo Rocket, uno de sus
personajes favoritos. Pero que, pasado el tiempo, además de que no será mi
novia cosplayer sino mí esposa cosplayer,
quizá engorde y pase pues a interpretar a otro pokémon: Snorlax.
¿Cómo no amar a quien está en la realidad y no pierde el
contacto con la simpatía?; así como los personajes de nuestros anime favoritos,
transitan una poderosa épica que conlleva a una reflexión, así mismo ella me
trata cuando tenemos algún impasse entre ambos o contra la vida.
Ese es el amor de verdad, el que consigue más puntos de
encuentro cada día y que no pierde su idiosincrasia. Yo en ocasiones me pongo
muy serio y hago, digo o veo otras cosas y ella me las respeta y acompaña,
tanto por darme gusto, como por aprender.
Una pareja así, crece y crece sin cesar y es cada vez más
sólida y feliz. Poder engranar en la intimidad, en los gustos, en la
cotidianidad e incluso en las diferencias, es la madurez que todos los
enamorados debemos aspirar.
No puede llamarse madurez a abandonar lo que nos gusta,
porque los cánones sociales y/o la edad no lo imponen. Habiendo oportunidades socioeconómicas
y culturales de poderlo expresar, pues vigente en nuestras vidas con mucha más
razón debe de estar.
Mi novia cosplayer es ese amor puro, sencillo y
constructivo que todos aquellos que estamos bien ubicados en la realidad,
aspiramos.
Ella es exigente con lo que es valioso y muy flexible a
la hora de las cosas que se nos presentan como extras. Aporta para pagar las
deudas y es desprendida. Le da igual comer en un gran restaurante que sentados
en la cama con algo improvisado.
Trata de la forma más original y natural a mi familia y
amistades y así hago yo con los suyos. Somos dos almas infantiles que transitan
de forma responsable y locuaz, en este mundo que quiere imponer el cómo
deberíamos ser, al crecer.
Por esto y más, puedo decir que el personaje más hermoso,
heroico, extravagante y sin igual que existe, es mi novia cosplayer.
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