Tú, en Lencería

En lencería de encaje fino, bajo la luz de luna tenue y sutil, se revela tu figura divina, cargada de misterio y seducción sutil.

 

Cada hilo, una caricia al viento, cada curva, un susurro de deseo, en la penumbra, el cuerpo se presenta como un enigma, un sueño hecho deseo.

 

Con movimientos suaves y elegantes, la seda besa la piel con delicadeza, despertando fantasías ardientes, en un juego de sombras y caricias.

 

En lencería, la noche se transforma, en un teatro de pasiones ocultas, donde cada mirada es una promesa, y cada suspiro, un secreto desvelado.

 

En el umbral de la luna llena, bajo el susurro de estrellas en el cielo, tu presencia, delicada y serena, me envuelve en un manto de terciopelo.

 

Con la gracia de un suspiro al viento, y la pureza de la aurora en flor, tus ojos, faros en mi pensamiento, guían mis sueños con dulce fervor.

 

En lencería, vestida de encanto, eres musa de una noche sin fin, tu sonrisa, un verso, un canto, un hechizo de seda y jazmín.

 

Cada pliegue de tu ser, poesía, cada gesto, un destello de amor, en tu fragancia, encuentro la armonía, y en tu piel, el más cálido ardor.

 

Eres templo de nobleza y ternura, figura esculpida en divino trazo, en tus brazos hallo la cura, y en tus labios, un eterno abrazo.

Argenis Serrano