El mundo es tuyo y tú
de él, este es tu momento y él lo celebra.
Pero para tenerlo
siempre, necesitas mente, alma y corazón despiertos.
Por eso te pido,
descansa por favor.
Hasta quien saca
fuerzas de la flaqueza,
Al ver que logró su
acción noble,
Se deja caer y que su
cuerpo trascienda al dolor.
No hay un líder que
valga,
Sin saber meditar y
prefijar sus ideas,
luego del debido y
posible descanso.
Las noches se
hicieron para dormir,
como el ave que se
acurruca,
O el león que
majestuoso sigue.
Piensas que no
pagarás la factura del agotamiento,
porque lo volviste tu
costumbre o carga,
pero hablas por tu
cuerpo, sin escucharle a él.
La imaginación, el
amor, la honestidad,
Nuestra esencia y
hasta nuestra curiosidad,
Ilimitadas son, en
contraste con nuestras fuerzas.
Y el sueño reparador
es la manera de sanar,
De llevar tus órganos
a la calma,
Estabilizar tu vida y
fortaleza al despertar.
Descansa, por favor,
te lo ruego,
Porque bostezar es
comprensible,
Pero nunca una rutina
diaria sana.
Buscando ser para
hacer
Y hacer para ser y
tener,
Te olvidas de
encontrarte en tus sueños.
Es el espacio que
puedes habitar sin saber,
Qué vendrá, quién
estará y cómo terminará,
Antes de que llegue
el alba.
¿No te da curiosidad
el placer onírico,
Que es tu
entretenimiento y reflexión,
Mientras el cuerpo se
repara de la rutina?
Te necesitamos sana,
radiante, activa y humana,
Con las ideas claras
y la fuerza al tope,
Y eso se logra con el
descanso de cada noche.
¡Qué diera yo por ser
guardián de tus sueños,
Acompañarte a dormir
y verte hacerlo,
Y verte abrir los
ojos, despertando yo primero!
Pero no es mí destino
y lo acepto,
Más, como soy el ser
que te quiere,
Atrevido, en este tu
asunto, me entrometo.
Pidiéndote ¡Descansa,
por favor!, no te presiones,
Déjales más horas a
los sueños cada noche,
Que nada te perturbe
o te presione.
Apaga el teléfono,
luces y sonidos,
Desconecta los problemas
y carencias,
Hazte una con el
descanso, para ti tan merecido.
Para ser radiante,
debes desconectarte
Unas horas normales,
como cualquiera,
Para ser sana por
dentro y por fuera.
¿Cómo puedes cuidar
bien de los demás,
Si te ignoras e
inmolas cuán mártir,
Pudiendo rendir más,
con tan solo equilibrarte?
De allí mi petición
en este y todo instante,
Descansa, por favor,
deja de flagelarte,
No confundas
descanso, con desarraigarte.
Te quiero saludable,
activa, avasallante,
Capaz de todo lo que
quieras imaginarte,
Y que dures muchos
años, incapaz de marchitarte.
Descansa por favor, utopía
mía,
Las horas de sueño
son un oasis,
Que te salvarán, como
esta al agobiado marchante.
Una siesta, un
reposo, cerrar los ojos,
Cualquier cosa que te
dé descanso,
Es lo que pido,
aunque suene osado.
Dulces sueños, amada
del cielo,
Y que te sea eterna
esta petición,
Que tiene mucho de
amor, como de consejo.
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