¿Cómo
voy a seguir callando que quiero recorrerte toda?, eso sería como quitarle el
control del vehículo a quien transita por una carretera con el sol a espaldas y
que termina al frente, siguiendo la ruta hasta cumplir su propósito y luego,
volver a empezar.
Quiero
recorrer tus brazos y manos, que han resuelto problemas, realizado miles de
escritos, levantado el peso de las responsabilidades, tomado el control de tu
rumbo, han borrado los sollozos y han estrechado la mano del éxito una y otra
vez.
Tus piernas
y pies, que soportan tus andares, te llevan a donde quieres y a donde debes; en
los que cada paso jamás son un despropósito, que han palpado la tierra, arena,
barro, mar, concreto, macadán, distintos calzados y siempre han pisado firmes
en tus andares.
Quiero
recorrerte toda, escuchar tu pecho como el bebé que está pronto a nacer y que
en cada latido se calma; donde las emociones se transforman en impulsos y que
brindan un componente extra a tus decisiones.
Que tu
espalda sea un camino para nada sinuoso donde yo pueda ir y venir sin aburrirme
aunque en ella, me duerma tranquilo y ansioso de despertar para que seas lo
primero que observe en cada amanecer, así como fuiste lo último que contemplé antes
de dormirme en cada anochecer.
Quiero
recorrer tu vientre, donde habitan las mariposas que procuro despertar par que
habiten junto a las mías y recorran los campos floridos de tus emociones,
cuidando a tu salud y jugando con tus cosquillas para que rías y me contagies
de más felicidad de la que acarrea tu mera existencia.
Deseo
transitar los caminos de la vida aferrado a tu cintura cuando podamos juguetear
y tomado de tu mano en esos instantes que debemos cumplirle a la ética y
sociedad.
Quiero
recorrer tus labios y embeberme del néctar de tu miel y limón, para que me
energices día a día y seas tu la fuente de todo mi poder.
Anhelo
hacer paradas en tu frente y al detenerme, sellar la misma con besos a manera
de pago de pasaje y así, como el viajero cansado, encontrar un tanto de sosiego
antes de llegar al punto más grande de tu existencia y que es mi destino final,
tu corazón.
Quiero
recorrerte toda y lo sabes, porque eres la vía al cielo que aquí en la Tierra,
puedo palpar; sólo espero que me des luz verde para así hacerme un viajero
permanente de ese bello territorio que es -por dentro y por fuera- todo tu ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario