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Presiento que te ocurre algo que no quieres decirme

Presiento que te ocurre algo que no quieres decirme

Quizá porque no te ocurre nada y estoy intuyendo de manera errónea lo que vives, al malinterpretar tu silencio o rutina.

Pero sé que has buscado entre selvas de emociones por conseguir un claro en el cual lograr asentarte y estar en paz.

Que las tribulaciones del día a día te colocan en la diatriba de pedir ayuda o de ayudarte a ti misma, incluso en aquello que puede ser anárquico.

A lo mejor encontraste ese ojo del huracán donde todo está quieto y supuestamente a salvo, aunque el viento amenazador no se disipe.

Pero sí, presiento que te ocurre algo que no quieres decirme, quizá porque no soy el adecuado para saberlo o ya estás por resolverlo.

Porque al igual que un caballero, las damas de verdad no cuentan sus tribulaciones a terceros y cargan de manera estoica su cruza, sea un error o un acierto ello al final.

Posiblemente has encontrado una mirada de paz, un regazo en el cual recostarte, un hombro en el cual apoyarte o las palabras adecuadas que, cuán mantra oportuno, te ayuden a sacar fuerza de la flaqueza y poder actuar en caliente, pensando en frío.

Discúlpame sí te es posible el que me tome atribuciones de inmiscuirme en tus asuntos. Pero es que eres un asunto de mi interés y de alguna forma te quiero ser útil, excepto la de estar de lado e inactivo.

Cuando se quiere de verdad, se aportan incluso algunos granos a la playa del destino de la persona querida, para que sus olas lleven y traigan y sean parte necesaria de su presencia en este mundo.

Presiento que te ocurre algo que no quieres decirme, aunque ello puede ser tan íntimo, bueno y placentero que hasta tengas razón en callarlo, porque es parte de tu privacidad.

Sólo te expreso mi interés porque el saber de ti, que estás bien, que haz encontrado motivos tácitos y palpables para ser feliz, son semillas para mi felicidad.

Saberte avanzadora, que progresa, se construye incluso labrada en el dolor y uno que otro error humano, siempre emergiendo bendecida, es una fuente de agua viva.

El conocimiento es poder, las suposiciones no son sapiencia, y sí presiento que te ocurre algo que no quieres decirme, también puede ser una excusa para hablarte y decirte cuánta falta me haces.

Te prometí ser tu amigo, te abrí mi corazón y hasta te mostré esbozos de un buen destino; nada puede quebrantar ello, ni siquiera el silencio.

El punto es que siempre quiero saber de ti y saberte bien, porque el mismo instante en que el destino nos cruzó y permitió interactuar, lo hizo para que fueses ese oasis en el desierto de las sensaciones y rutinas, al cual pudiese llegar.

Que tu existencia física, espiritual y emocional estén cada día mejor y que mis presentimientos sólo sean excusas disfrazadas para saber de ti, ya que no me gustaría saberte con tribulación alguna.

Y sí así fuere, porque la vida lo implica en la balanza del bien y el mal, sabes que sólo estoy a un mensaje de distancia y podremos ver cómo triunfar ante la adversidad, aclarándote que si bien presiento que te ocurre algo, no es un deseo de cuita para tu existencia.

O podría ser testigo de cómo tú sigues triunfante y por ende, merecedora de la admiración que muchos te tenemos.

Argenis Serrano 

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