El amor es la verdadera FUENTE DE LA JUVENTUD.
Para todo hombre el sueño
es “tener a los veinte el dinero que ha ganado con su esfuerzo a los cuarenta;
y tener a los cuarenta, la virilidad de los veinte”.
Aunque banal, puede ser
referencia a la verdad sí se sabe pensar, sentir y actuar humanamente conjugado
con lo divino. Y ¿qué es el amor?, el amor es algo divino, que vienen de Dios,
porque está claro que “Dios es Amor”.
El amor hace al mundo
girar, al cielo ser azul y por igual al mar; hace que los sueños nazcan, los
proyectos se consoliden y el mal caiga. El amor es del tamaño del compromiso
que tú le pongas para ser mejor.
Y otra de las grandes
bondades del amor es que él te rejuvenece. Sea tu primer amor, tu nuevo
noviazgo luego de otras relaciones, el amor luego de un divorcio, el amor de
pareja cuando es verdad, se enfrente o no a la adversidad, termina
rejuveneciéndote.
Se actualiza, saca lo
mejor de ti, del mundo, te da nuevos aires, es el divisor entre un pasado
tortuoso y un futuro que parece menos leve y que procurarás sea así, porque
estás en compañía de la persona ideal. Por ti, por esa persona, por tu entorno,
por tu patria, por lo debido, por todo lo que se te ocurra, vas a buscar trascender
porque te colocaron la batería que mueve al mundo, la voluntad; y la voluntad
es un derivado directo del amor, aunque usted quiera discutírmelo.
Usas las redes sociales
para publicar tu alegría; mostrar al mundo no lo que hacen para ser
jactanciosos, sino ese respaldo que el tiempo requiere, el de una foto, ese
asidero o respaldo para los recuerdos que traerá nuevas sonrisas. Por eso no se
debe tener el uso del registro fotográfico del amor, claro que con mesura, como
todo en la vida.
El amor te hace filósofo,
poeta, bohemio, soñador, creativo, rebelde con causa, osada, desinhibida; te
fortalece el ánimo, te ayuda al olvido selectivo y ese olvido es el de los
pesares. Porque esa es su fuerza mayor, el amor erradica al mal y es capaz de
endulzar a las lágrimas, las cuales dosifica para que no salgan como cuando las
antítesis del amor –como la tristeza y la rabia-, aparecen.
El amor te alisa el rostro
y quita arrugas, fortalece y tonifica tus músculos, te obliga a que la panza
baje y la salud esté más cuidada porque ahora te cuidas por dos (y los que
vengan fruto del amor). El amor no es una droga, pero como da felicidad y cuida
el rostro. Ayuda a una sonrisa más cuidada y más exhibida.
El amor te da picardía
para las fotos más atrevidas, los audios más picantes, los mensajes más subidos
de tono y los más cursis. Te invita a vestir de manera más adecuada, a estar
aseado y bien maquillada.
Te ayuda a no olvidar el
amor propio que está a la par del amor de pareja. Te hace sentir a cualquier edad
mariposas en el estómago, escribir notas en papel, a sonreír ante la gente sin
importar el qué dirán, a perderte en la lontananza imaginando qué sé yo. A bombear
mucha sangre al corazón…y a otras partes, lo que te da fortaleza y ganas.
El amor rejuvenece y esa
fuerza no se quita con nada, así que ni lo intentes. Mantente enamorado o
enamorada y estarás tan joven que siempre pensarás que tienes quince años y
estás conociendo tu primer amor.
El amor es la fuente de la
juventud eterna. Mira dentro de ti y allí está el secreto de la vida.
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