Cuando
veo nuestro video de bodas repito
visualmente todo aquello que en mi mente se revive plácidamente, del día de
nuestro matrimonio y todo lo que sucedió antes, durante y después del mismo.
Tiempo
antes, cuando hacíamos los preparativos, decidimos que entre los muchos videos de bodas originales que existen,
sería el nuestro el más especial.
Jugando a conocernos, demostrándonos respeto, siendo novios por y para siempre, mostrando de forma artística lo que ha sido una realidad: Querernos y cuidarnos en las buenas y en las malas.
Dar
el gran paso a ser una pareja ante las leyes y sobre todo ante Dios, con una
base de amor enorme y que ya ha construido un majestuoso castillo de
realidades.
Veo
el video de bodas y no dejo de palpar todo el amor que se respiraba en el
ambiente, entre tú y yo, nuestros padres, las amistades con pareja e incluso
quienes no tenían pareja y que se sintieron inspirados en conseguir una.
El
video de bodas captó a plenitud la complicidad y conexión entre nosotros, que
no existían ni existirán poses nada más para las cámaras; somos una realidad
que se vinculan entiende, es libre y es unida en perfecto equilibrio.
La
alegría y emoción en los rostros de todos los que estábamos allí es ineludible;
se nota que estábamos ante gente que nos quiere realmente y que disfrutó algo
más que la fiesta: Nuestra unión.
Un
video de bodas profesional a más no poder, donde describieron con imágenes y en
franca comunión con belleza de la decoración y los detalles, todo lo bonito que
debía ser ese día especial, para ti mi hermosa amada y bueno, para mí, porque
es el día más lleno de felicidad y paz en mi historia personal.
Es
increíble que en un video de bodas se pudiera ver el brillo de tus ojos
celebrando el amor y de los míos, enternecidos y honrados de haber sellado ante
el cielo mí pacto con la mujer de mi vida.
La
felicidad que se sintió en cada momento, está grabada en este DVD y un
pendrive, siendo casi tan fieles a como está labrado dentro de mi corazón y que
se reproduce una y otra vez, con tan sólo mirarte.
Ternura
en los gestos y palabras me brindaste en tus votos matrimoniales, realidad y
paz te brinde en los míos; por eso es que coloco siempre nuestro video de
bodas, porque ese sello de promesas que hemos cumplido, es poesía pura y con
los oídos del corazón es que hay que escucharlos y verlos con los ojos del
alma.
Ambos
hemos sido mucho más de bueno que lo que nos habíamos jurado ante el altar;
cada promesa de un futuro juntos y lleno de amor con creces se ha cumplido.
La
música y la fiesta que acompaño y elevó la atmósfera, en especial la que es
nuestra canción, son una de las partes más divertidas de nuestro video de
bodas, sin contar lo que hizo una de mis amigas y también uno de tus tíos
cuando bebieron hasta más no poder.
¿El
ahora?, son instantes que no se graban en video, pero sí en la mente y que el corazón
reproduce como su video favorito. Son cada uno de esos momentos de intimidad y
complicidad de casados que hemos tenido, tenemos y por siempre tendremos,
reproduciendo a cada instante a tu lado, el glorioso instante en que hice lo
mejor que he hecho: me casé contigo.